
oda a los frijoles de seda
Martina, Cabañas
Santos frijoles,
que están tan seditas,
santificado sea su sabor,
vengan a nuestros platos cada vez que puedan,
que el hambre por ustedes nunca se acaba,
ni aquí ni allá.
Brinden a estos sus seguidores ese orgasmo diario con pan francés,
disculpen que los ame más que a mi media guayaba,
como también amo a un pedazo de cuajada,
no me dejen que los cambie por comida chatarra,
y líbranos que el gobierno los ponga tan caros.